Elecciones municipales: sin el voto juvenil
En cada proceso eleccionario, los números reflejan una baja gradual de la inscripción electoral de la población menor de 30 años, en relación al proceso anterior. A un día de las municipales 2004, la jefe de organismo y padrones electorales del Servel y jóvenes candidatos a concejal dan su opinión al respecto.
Cuando se produjo el plebiscito de 1988, más de 2.6 millones de jóvenes, entre 18 y 29 años, estaban inscritos en los registros electorales, representando un 35,9 % del padrón total. Trece años más tarde, para la elección senatorial de 2001, este porcentaje había descendido, drásticamente, a sólo un 13 % (1.051.368 personas).
Pese a que aún no han sido publicadas las estadísticas de inscripción y abstención electoral de las municipales 2004, es muy factible que los índices mantengan esta tendencia. Así lo demuestra la última encuesta realizada, a más de 400 alumnos de cuatro casas de estudios superiores, por la Escuela de Administración de Servicios de la Universidad de Los Andes. En ella, se les preguntaba si estaban inscritos en los registros electorales, a lo que más de un 60 % de los encuestados respondió que no.
Para Blanca Palacios, jefe de Organismo y Padrones Electorales del Servicio Electoral, "el desinterés de los jóvenes por la política no es algo de ahora, sino que se trata de un proceso que viene tomando fuerza desde el año 88 hasta la fecha. Esto sucede porque, por una parte, no ha habido otro hecho histórico que tenga tanta relevancia como aquél. A su vez, quienes se inscribieron para esa época, en su mayoría, ha sobrepasado los 30 años", explica.
Sin embargo, para Palacios este "desencanto" no es sólo atribuible a este segmento de la población, sino que obedece a todos los grupos etáreos. "El proceso de inscripción ha disminuido de igual forma para todos. En esto hay responsabilidad de los entes políticos, que no han sabido motivar a la gente", señala.
¿Qué opinan los candidatos?
Francisca Santamaría es la candidata a concejal más joven de las municipales 2004. Acaba de cumplir 18 años, cursa cuarto medio en el Colegio Saint George y va como independiente por la comuna de Providencia, por el cupo de la Democracia Cristiana. Su interés por la temas públicos viene de familia, ya que su padre es el subsecretario general de Gobierno, Patricio Santamaría.
Para Francisca, el desinterés de los jóvenes por la política se produce porque, "básicamente, sienten que nadie los representa. Por lo mismo, es muy difícil que un joven se motive por la política, si ve que del otro lado no hay nadie que los respalde y luche por sus intereses".
No obstante, Santamaría tampoco desliga de responsabilidades a los propios jóvenes, ya que "la iniciativa tiene que nacer de nosotros. No podemos pedir un espacio si no estamos haciendo el mínimo esfuerzo por abrir esas puertas. Si alegamos porque no nos 'pescan' o no nos escuchan, entonces hagamos ruido y luchemos por demostrarles a todas esas personas que no creen en el poder de los jóvenes que sí somos responsables y capaces de hacer las cosas bien".
La Alianza por Chile también lleva representantes menores de 30 años en sus listas. Uno de ellos es Mauricio Sepúlveda, ingeniero comercial de la Universidad de Los Lagos, 24 años, y candidato de Renovación Nacional por Osorno. A su juicio, "más que desinterés por la política, entendiendo el concepto en su real significado, los jóvenes están desinteresados y desencantados en la forma en que los principales actores de los partidos llevan a cabo los asuntos públicos. En los institutos y universidades los jóvenes hacen política a diario: en las aulas cuando conversan y proponen soluciones a los problemas, cuando forman Centros de Alumnos y comisiones de trabajo para tratar temas referentes a la vida universitaria, en los grupos de interés particular de ayuda social, etc.".
Sepúlveda plantea que para revertir esta situación "lo pertinente es que los partidos le den a los jóvenes oportunidades reales de llegar a ser representantes de la ciudadanía en los Cargos de Representación Popular y dentro de los Órganos del Partido. En general, que los jóvenes dejen de ser vistos como meras estadísticas, mano de obra para las campañas, un sector atractivo para hacer promesas y propuestas; y que se conviertan en verdaderos artífices del presente y del futuro, darles espacios y oportunidades".
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Cuando se produjo el plebiscito de 1988, más de 2.6 millones de jóvenes, entre 18 y 29 años, estaban inscritos en los registros electorales, representando un 35,9 % del padrón total. Trece años más tarde, para la elección senatorial de 2001, este porcentaje había descendido, drásticamente, a sólo un 13 % (1.051.368 personas).
Pese a que aún no han sido publicadas las estadísticas de inscripción y abstención electoral de las municipales 2004, es muy factible que los índices mantengan esta tendencia. Así lo demuestra la última encuesta realizada, a más de 400 alumnos de cuatro casas de estudios superiores, por la Escuela de Administración de Servicios de la Universidad de Los Andes. En ella, se les preguntaba si estaban inscritos en los registros electorales, a lo que más de un 60 % de los encuestados respondió que no.
Para Blanca Palacios, jefe de Organismo y Padrones Electorales del Servicio Electoral, "el desinterés de los jóvenes por la política no es algo de ahora, sino que se trata de un proceso que viene tomando fuerza desde el año 88 hasta la fecha. Esto sucede porque, por una parte, no ha habido otro hecho histórico que tenga tanta relevancia como aquél. A su vez, quienes se inscribieron para esa época, en su mayoría, ha sobrepasado los 30 años", explica.
Sin embargo, para Palacios este "desencanto" no es sólo atribuible a este segmento de la población, sino que obedece a todos los grupos etáreos. "El proceso de inscripción ha disminuido de igual forma para todos. En esto hay responsabilidad de los entes políticos, que no han sabido motivar a la gente", señala.
¿Qué opinan los candidatos?
Francisca Santamaría es la candidata a concejal más joven de las municipales 2004. Acaba de cumplir 18 años, cursa cuarto medio en el Colegio Saint George y va como independiente por la comuna de Providencia, por el cupo de la Democracia Cristiana. Su interés por la temas públicos viene de familia, ya que su padre es el subsecretario general de Gobierno, Patricio Santamaría.
Para Francisca, el desinterés de los jóvenes por la política se produce porque, "básicamente, sienten que nadie los representa. Por lo mismo, es muy difícil que un joven se motive por la política, si ve que del otro lado no hay nadie que los respalde y luche por sus intereses".
No obstante, Santamaría tampoco desliga de responsabilidades a los propios jóvenes, ya que "la iniciativa tiene que nacer de nosotros. No podemos pedir un espacio si no estamos haciendo el mínimo esfuerzo por abrir esas puertas. Si alegamos porque no nos 'pescan' o no nos escuchan, entonces hagamos ruido y luchemos por demostrarles a todas esas personas que no creen en el poder de los jóvenes que sí somos responsables y capaces de hacer las cosas bien".
La Alianza por Chile también lleva representantes menores de 30 años en sus listas. Uno de ellos es Mauricio Sepúlveda, ingeniero comercial de la Universidad de Los Lagos, 24 años, y candidato de Renovación Nacional por Osorno. A su juicio, "más que desinterés por la política, entendiendo el concepto en su real significado, los jóvenes están desinteresados y desencantados en la forma en que los principales actores de los partidos llevan a cabo los asuntos públicos. En los institutos y universidades los jóvenes hacen política a diario: en las aulas cuando conversan y proponen soluciones a los problemas, cuando forman Centros de Alumnos y comisiones de trabajo para tratar temas referentes a la vida universitaria, en los grupos de interés particular de ayuda social, etc.".
Sepúlveda plantea que para revertir esta situación "lo pertinente es que los partidos le den a los jóvenes oportunidades reales de llegar a ser representantes de la ciudadanía en los Cargos de Representación Popular y dentro de los Órganos del Partido. En general, que los jóvenes dejen de ser vistos como meras estadísticas, mano de obra para las campañas, un sector atractivo para hacer promesas y propuestas; y que se conviertan en verdaderos artífices del presente y del futuro, darles espacios y oportunidades".
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